Las emblemáticas barrancas de Empedrado son una visita obligada para los turistas que deseen sentir la naturaleza en su máximo esplendor.
Corrientes es guardiana de grandes riquezas naturales, como los Esteros del Iberá (conocidos por ser el segundo humedal más grande de Sudamérica), el Parque Nacional Mburucuyá y las playas del río Paraná. Entre sus paisajes rodeados de bañados y lagunas se puede disfrutar de excursiones en canoa, safaris fotográficos, cabalgatas, caminatas entre los palmares y -dentro de sus áreas protegidas- vivir fabulosas experiencias en contacto con la naturaleza.
Además de todo esto, la provincia presenta una gran variedad de destinos poco conocidos que valen la pena visitar, uno de ellos es el pueblo de Empedrado que, con su inmensa costanera, invita a caminar por la arena blanca y observar una bella puesta de sol.

La Perla del Paraná
El poblado se encuentra a 55 kilómetros de la capital provincial, en la localidad conocida como “La perla del Paraná”. Uno de los elementos que lo hace único son sus coloridas barrancas, ubicadas sobre el margen del río Paraná, desde donde se asoman antiguas casas residenciales y algunas mansiones con trazos de la Belle Époque de fines del Siglo XIX e inicios del XX.

Sus amplias playas -catalogadas como las más bellas de la región- y su geografía ribereña, enseñan una gama de colores de diferentes estratos y texturas, que como resultado de la erosión eólica, fluvial y pluvial, desarrollan constantes cambios geomorfológicos.
Estas transformaciones han conformado un sinfín de senderos naturales dignos de ser recorridos. Es recomendable que el camino se haga junto a un guía local para poder entender y conocer la historia de la mano de un profesional.
Roma no se construyó en un día
Luego que le otorgaran el nombre y lo reconocieran como localidad, el sitio comenzó un proceso de desarrollo junto a una nueva organización política, social, cultural y económica, que lo incorporó a la lista de los pueblos más importantes de la provincia.
Sin embargo, el principio de la historia se remonta a un fortín fundado por los españoles en el siglo XVII, que dio origen al denominado Pueblo Viejo. Esta primera comunidad fue destruida por los indios y sólo quedó en pie una capilla, alrededor de la cual resurgió luego una ranchería.
Más tarde, en 1826, el gobierno compró un terreno donde construyeron una plaza y dos calles paralelas a cada costado, de una cuadra cada una. Finalmente, un año después, se levantó la primera escuela, quedando conformado el pueblo de Empedrado.

Un viajero experimentado sabe apreciar su propio país
A lo largo de los años, este sitio fue elegido como el principal atractivo para el senderismo amateur y como circuito para competencias de trail running o bike. Incluso, se ha convertido en sede del desafío ‘Columbia Race’, evento deportivo que se lleva a cabo entre octubre y noviembre, y consagra corredores de todo el Mercosur.
Los deportes se complementan con la naturaleza que está presente en cada rincón. En las calles se aprecian diversos ejemplares de flora y fauna, y más aún en las barrancas, donde varias aves las eligen para anidar. A su vez, funcionan como un balcón hacia el río Paraná, convirtiendo a Empedrado en un espacio ideal para relajarse y contemplar el atardecer junto a una buena compañía.