Hoy se rinde homenaje a una de las manifestaciones de amor más grandes que existen entre los seres humanos.
¿Por qué hoy es el día internacional del beso? Porque hace algunos años, un 13 de abril, una pareja tailandesa rompió su propio récord y se dió el beso más largo de la historia, con una duración de 58 horas. Sí, 58 horas.
Hay muchas ciudades del mundo que organizan distintos concursos que premian la longitud de los besos y a sus protagonistas y, más allá de la competencia, es un acto de amor muy bello ver tanta gente besándose.
Dependiendo de la cultura y el contexto, un beso puede significar o expresar distintos sentimientos, ya sea pasión, amor, saludo, respeto, amistad, orgullo o devoción. También depende mucho el lugar del cuerpo en el que sea dado: no es lo mismo un beso en la boca, que en la mejilla, en la mano o en la frente.
Beso a beso, me enamoré de ti
Más que un vínculo emocional, el hecho de besar es un acto de conexión espiritual. La boca es un órgano que conecta las partes – etéricas y físicas – y tiene la funcionalidad de traducir en palabras lo que el cerebro piensa o quiere decir. A su vez, sirve para comunicar y trazar puentes entre las personas. También por ella pasan los alimentos que nutren al cuerpo físico. Y por último, pero no por eso menos importante, la boca tiene la gran función de besar.
¿Cómo se traduce el amor en un acto físico? De mil maneras distintas por supuesto, pero sin lugar a duda, el beso es una de las más potentes y hermosas que existen entre los seres humanos.
“Por un beso de la flaca, yo daría lo que fuera”, cantaba la banda española Jarabe de Palo, mientras que la Mona Jiménez entonaba “Beso a beso, me enamoré de ti”. Quizás con un tono más sentimental, el malagueño Pablo Alborán confesaba “Si yo pudiera darte el beso, sabrías cómo duele este amor y podré invertir el Universo, para quedarnos en la nada tu y yo”
Saliendo un poco de la rama de la música y adentrándonos en los confines de la poesía, no podemos dejar de traer un fragmento acá del famoso poema “Besos” de la escritora Gabriela Mistral “Hay besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor condenatoria, hay besos que se dan con la mirada, hay besos que se dan con la memoria. Hay besos silenciosos, besos nobles, enigmáticos, sinceros, hay besos que se dan sólo las almas”.
