La gastronomía de Buenos Aires no deja de innovar. Por eso en esta nota te contamos sobre 3 flamantes propuestas que no podés dejar de conocer.
Barra Chalaca
El reconocido chef peruano Gastón Acurio trajo su restaurante a Palermo con su propuesta “Street food” peruano. En la esquina de Arévalo y Niceto Vega, se apostó Barra Chalaca, un espacio popular donde puedas fácilmente teletransportarte a Puerto de Callao, y todos los nacidos ahí se los denomina “chalacos”, pues de ahí su nombre.
Este es su segundo local en Argentina (el otro Barra Chalaca se encuentra desde hace un tiempo en Lomas de Zamora).
Una carta amplia que va desde arroces y causas, hasta tiraditos, sanguches, cebiche y pescados enteros. Un recomendado: el pescado a la chorrillana con yuca frita, criolla y arroz. Las porciones son abundantes y los precios accesibles. En la sección postres, tres infaltables: Torta de chocolate, Suspiro limeño y Tres leches.
Arévalo 1392, Palermo
Todos los días de 12.30 a 00.00 hs.
Ácido
El nuevo restaurante que causa sensación en Buenos Aires se llama Ácido y está en Chacarita. Su chef tiene 25 años y se llama Nicolás Tykocki, quien estudió en Le Cordon Bleu y pasó por grandes restaurantes de Barcelona como Tickets y Gresca, y por Aramburu en Buenos Aires. La cocina es abierta y está conectada al salón. El ambiente emana vibras de cantina moderna; y la estética vintage recuerda a las cocinas de las abuelas. No por nada en Ácido propone de vez en cuando algún pop-up con abuelas. Ella son su principal inspiración en la cocina.
Una carta acotada pero hay platos distintos todos los días que van rotando. El pollo frito está desde que comenzaron, y sale con arroz, chauchas y salsitas. Sorprende además con sus ñoquis coreanos preparados con una masa de arroz glutinoso, kepe crudo con labne o por las alitas de pato fritas con masala.
Dónde: Charlone 999
Martes a sábados de 20 a 23.30
Levando
Es uno de las promesas panaderas de CABA. Gabriel Kogan es cocinero y después de su experiencia por las cocina de Europa, llegó a Buenos Aires con un objetivo que lo entusiasmaba demasiado: hacer panes. Su paso por el restaurante del Hotel Vistabella en Rosas (con una estrella Michelin) fue lo que marcó su rumbo: el chef Javier Cabrera era un obsesivo de las masas y le transmitió a Gabriel la pasión por los harina y las fermentaciones.
En 2017 vuelve al país y en una finca de San Rafael encontró el horno que necesitaba: un Taglianini que había sido traído de Italia. Se lo compró a su dueño y lo trajo a Buenos Aires. Así alquiló un local en Caballito y montó Fraga. El boom de las panaderías que suscitó la pandemia hizo que Gabriel repensara su negocio. Este año Gabriel se unió a Rodirgo Colombres (ex socio de Oporto, en Nuñez) y dieron vida a una fábrica de panes de masa madre con despacho.
Con el foco puesto en los panes de calidad, utilizando masa madre y harinas orgánicas, trae la cocina a la panadería. “Mis panes tienen técnica”, dice orgulloso.
Levando llega a Desde hace unos meses provee a muchos restaurantes y despacha al público. Hay variedad de panes como baguettes, hogazas, ciabattas, de harina de algarroba, pasas y nueces. También preparaciones dulces como medialunas, croissants, rolla de canela, etc. Muy pronto, alfajores.
Dónde: Medrano 1137
Martes a sábados desde las 9 am.
Por Silvina Baldino
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