Con un río de colores increíbles y un entorno de ensueño, este paraíso es ideal para vivir una experiencia desconectándote de todo y en plena unión con la naturaleza.
Para ubicarse y saber llegar al paraíso saliendo de Bariloche es necesario enfilar como para El Bolsón, y llegar casi casi a la frontera con Chile. Hay está El Manso, este tesoro escondido en Bariloche que literalmente explota de naturaleza. ¿Querés desconectarte de todo y solo estar en contacto con un entorno inigualable? Este es tu lugar.
¿Dónde queda?
El Manso es un paraje rural, tranquilo y sin apuro, en el Valle del Manso, a un costado de la ruta 40, a menos de dos horas del Bariloche (camino a El Bolsón). Después de unos 40 minutos en camino de ripio, esperan sus bosques, cercados por lagos y ríos que oscilan entre azules, verdes y turquesas, y representan un verdadero paraíso natural muy cerca de Bariloche.
Los ríos Manso y Foyel son dos de sus principales atractivos, los cuales se unen antes de que el Manso ingrese al país vecino de Chile, por el Paso El León.
¿Qué actividades hacer?
Para los amantes del trekking, los caminos se abren para perderse adentro del bosque, como para ir vadeando el río. Y dependiendo las ganas, también es posible llegar a la frontera con Chile. Esos mismos senderos se pueden recorrer en caballo, y también hay rutas para poner en práctica el cicloturismo.
Y aprovechando que el agua no solo es cristalina, sino que también discurren con una velocidad más que importante, el rafting y el canotaje son otras de las actividades disponibles en la zona. También es un lugar propicio para la pesca deportiva.
Por la tarde, qué mejor que unos mates en la playa, viendo como cae el sol, y el martín pescador sobrevuela el río para cazar su recompensa, con la Cordillera de los Andes como confidente.
¿Qué visitar?
Recorrer el valle del Manso representa un atractivo en sí mismo, ya que es posible deslumbrarse con la inmensidad de la Cordillera, pero también de los lagos Los Moscos, Mascardi, Hess y Steffen.
En la zona también espera la cervecería El Ventisquero, que abre sus puertas para que los visitantes puedan no solo disfrutar de unas buenas pintas artesanales, sino recorrer sus instalaciones y métodos de elaboración.
Cerrar el día en Patagonia campestre, con sus infalibles empanadas de cordero y pizzas caseras es casi una obligación.
¿Dónde dormir?
Por un lado, se pueden alquilar cabañas totalmente equipadas, para pasar una noche inolvidable en un entorno netamente natural. También existen hospedajes con habitaciones más austeras, baños compartidos y parrillas por doquier, para sentirse un poco más despojado. Una última opción es el camping: es decir, armar la carpa al costado del río y dormir, literalmente, bajo las estrellas.
¿Una muy buena opción? El Camping La Pasarela, que ofrece todas esas opciones y hasta tiene un puente colgante que conecta con el Parque Nacional Nahuel Huapi, proveeduría, restaurante, baños y duchas.
Por Christian Ali Bravo.
