La época invernal es la ideal para visitar uno de los lugares más impresionantes de Formosa. Con más de 400.000 hectáreas, es el tercer humedal más grande de Sudamérica y una de las 7 maravillas naturales del país.
“La verdad que no conozco Bañado La Estrella en Formosa. He oído que es un lugar impresionante, lleno de naturaleza y vida silvestre. Dicen que tiene unos paisajes de aquellos, con lagunas, esteros y un montón de aves. Me encantaría pegarme una escapada para conocerlo”. Si bien el autor de esta frase podría ser cualquier argentino que no conozca el tercer humedal más grande de Sudamérica, la realidad es que quien se pronunció de manera categórica fue la Inteligencia Artificial.
Sí, hasta a ChatGPT le genera ilusión descubrir una de las joyas que atesora Formosa en su territorio. Y si tenemos en cuenta que el invierno es la época del año ideal para visitarla, no queda más que armar el bolso y leer esta nota, donde te contaremos todo lo que tenés que saber para que te enamores de un lugar que ni con tecnología de punta podría igualarse.
Una verdadera maravilla
En total son 400.000 hectáreas de reserva provincial que se forma por el desborde del río Pilcomayo. Con eso le alcanza para ubicarse como el tercer humedal más grande de Sudamérica y también para ser (merecidamente) una de las 7 maravillas naturales de la República Argentina. Así, se convirtió en una verdadera estrella dentro del suelo formoseño: es EL lugar al que hay que ir para ver a la naturaleza explotando en su máxima expresión.
Para quien no esté familiarizado con el término, los champales son árboles secos que se volvieron a vestir de gala gracias a las enredaderas verdes que los revisten. Navegar en ese entorno mágico es casi una obligación, sobre todo porque también es la puerta de entrada a un mundo silvestre impresionante, en el cual hay yacarés, caimanes, carpinchos, boas y la cigüeña jabirú (emblema del Bañado y una de las más grandes del continente).
Gracias a su increíble biodiversidad, entre palmares y esteros, es posible divisar una gran cantidad de aves y también para un safari fotográfico inolvidable.
Pero la travesía no estaría completa si no se deja el celular por un rato, y la conexión esta vez se hace efectiva pero con las comunidades originarias que habitan este paraíso natural y que aún acuñan sus lenguas ancestrales (como el pilagá, wichí y qom), y costumbres que son su mayor patrimonio.
Así, ubicado en las entrañas de la región del Gran Chaco, el Bañado La Estrella no solo regala amaneceres y atardeceres coloridos y hasta increíbles, sino que también es una verdadera (des)conexión.
La ruta al paraíso
Si bien este paraíso natural se puede visitar todo el año, la zona invernal es ideal no solo por la temperatura, sino también por la gran cantidad de fauna que se hace presente en esa época.
El lugar clave en toda esta travesía es Las Lomitas, que descansa a 300 kilómetros de Formosa capital, siguiendo la RN81, y que de hecho es el mejor lugar para buscar alojamientos para la estadía.
El acceso principal al Bañado se llama Fortín La Soledad, pequeño paraje que se ubica a un poco más de 60 kilómetros de Las Lomitas (allí se accede a través de la ruta provincial 32, que es de tierra). Desde ese punto, las ofertas se abren para cumplir con las expectativas de cada visitante: desde paseos en canoa o en lancha, hasta cabalgatas y caminatas guiadas por pobladores locales.
Vale la pena decir que El Fortín fue expandiéndose a medida que el Bañado comenzó a ganar espacios. Actualmente viven alrededor de 100 familias, que son productoras de vacas, cerdos, cabras, ovejas y huertas.
Otra vía de acceso, un poco más simple, es a través de El Vertedero, ya que es allí donde la ruta provincial 28 (que es de asfalto) cruza el humedal. Esta vía, que se encuentra a un poco menos de 50 kilómetros de Las Lomitas, se trata de una obra hidrovial que data del año 2012. Fue construida especialmente para el manejo del agua mediante un sistema de compuertas.
Hoy es común ver a una buena cantidad de pescadores que conviven con las juntadas familiares que se arman con mates o sánguches como condimento, mientras los dorados revolotean en el agua por el desnivel que provocan las compuertas. Sí, el Bañado regala miles de postales inolvidables y por eso es la verdadera estrella de este invierno. Visitarlo es casi una obligación.
Por Christian Ali Bravo
Fotos: Turismo Formosa