La llegada de la Guía Michelin a nuestro país ha generado mucha expectativa. Buenos Aires y Mendoza son las ciudades elegidas para esta primera edición. El 24 de noviembre se publicará la lista con los premiados. Pero antes, te contamos sobre tres restaurantes que son fuertes candidatos.
Trescha
Su creador es un chef de 26 años. Después de experimentar por las mejores cocinas de Europa, Tomás Treschanski se animó a volver al país para cumplir un sueño: abrir un restaurante en el que los comensales puedan vivir una experiencia sensorial.
Trescha se ubica en Villa Crespo. Los materiales nobles y naturales de la ambientación del lugar dialogan con su propuesta gastronómica: estacionalidad, búsqueda de sabores extremos, temperaturas y texturas. Es una experiencia de alto impacto. Alta cocina en una imponente barra con 10 lugares para los comensales de turno (hay dos turnos: a las 19 y a las 22 horas). Desde allí pueden apreciar las habilidades del chef y del equipo de cocineros para emplatar. Más tarde serán quienes presenten los platos junto al sommelier.
La propuesta consiste en un viaje de sabores en 14 tiempos (y algunas sorpresas) con una duración de 3 horas. Un menú por pasos que ostenta el fine dining. Hay opciones de maridaje sin alcohol, con alcohol o mixto. Aunque también se puede pedir uno de los vinos de la carta.
A medida que llegan los platos, los camareros acercan una tarjeta con la descripción que incluye los ingredientes, su procedencia y los métodos de cocción que se utilizaron. La carta cambia cada tres meses por la estacionalidad de la materia prima.
El lugar cuenta con una cava subterránea que se puede ver desde una claraboya en el piso del salón principal. También una cava de blancos, y en el piso superior la test kitchen, el espacio creativo donde el chef piensa los platos y para la producción de fermentos, muy presentes en el menú Trescha.
Murillo 725, CABA
Aramburu
Desde hace 16 años Aramburu cautiva a los más exigentes con su menú por pasos. Fiel a su filosofía de una gastronomía sofisticada, ha logrado sobrevivir a los vaivenes de la cultura gastronómica y se convirtió en emblema del fine dining de la ciudad de Buenos Aires.
Desde su espacio en Recoleta, el chef propietario Gonzalo Aramburu despliega toda la creatividad en la cocina con materia prima de alta calidad y técnicas innovadoras. Y la experiencia refleja esa búsqueda incesante del chef por la hospitalidad.
El comensal llega al restaurante dispuesto a disfrutar de los 18 tiempos. El menú salado transcurre en la planta baja. La experiencia se completa en el primer piso, pues los postres y bebidas dulces se sirven arriba. Hay opción de maridaje. Una carta en donde los ingredientes argentinos tienen especial relevancia, y donde encontramos platos distintivos, que son una obra de arte.
Vicente López 1661, CABA
Azafrán
En el corazón de la ciudad de Mendoza hay un lugar donde se ponen en valor los productos de la región cuyana con una técnica muy particular. Azafrán ya tiene 15 años de historia. Un proyecto que comenzó como una tienda de vinos, que con el tiempo se fue transformando en un restaurante de confort food, como se denomina a la gastronomía cotidiana que reconforta el alma. El mentor de esta propuesta es Sebastián Weigandt, chef y socio de Azafrán.
En 2020, decidieron marcar una impronta en la escena gastronómica mendocina e hicieron de ese lugar un fine dining. Azafrán es una visita obligada para quienes están buscando una experiencia única en Mendoza.
Una gastronomía con mucha técnica y sabor y la puesta en valor de productos de la región. ¿Qué no puede faltar en un menú de Azafrán? Ajo negro, miel, chivo, cebolla, algarroba y, por supuesto, azafrán. Una cocina en la búsqueda de transformar ingredientes locales en sabores y texturas que desafíen lo convencional.
Un menú que va rotando por temporada con la opción de maridar cada paso con las mejores etiquetas de la cava. Recetas como el arroz negro con trucha y manzana o el chivo ahumado con tomate y choclo pusieron en el radar a los inspectores de Michelin.
Sarmiento 765, Mendoza
