Con un campo de tulipanes que brota como si fuera un arcoíris, un tren que funciona como una máquina del tiempo y un viñedo único asentado en una de las regiones vitivinícolas más extremas del mundo, este destino invita a descubrir el encanto de la Patagonia argentina.
Por Christian Alí Bravo.
El encanto de Chubut brota en cada rincón de la provincia, tal como los tulipanes, que florecen y explotan de color con la Cordillera de los Andes como testigo. El racimo de actividades que ofrece es tan amplio, que hasta incluye emprender un viaje al pasado en un tren que data de 1922, saborear un vino cultivado en tierras australes y desandar un parque nacional que esconde alerces milenarios.
Postal europea
Situado en Países Bajos, Keukenhof es uno de los atractivos turísticos más importantes de la región neerlandesa, ya que alberga infinitos jardines de tulipanes. Pero mucho más cerca, puntualmente en la zona de Trevelin, se encuentra un campo de tulipanes tan único como increíble, ya que la diversidad de sus colores contrasta de manera inigualable con la imponente Cordillera de los Andes.
El campo se ubica a menos de 15 kilómetros del centro de Trevelin, sobre la ruta 259. Durante el paseo se puede caminar alrededor del cultivo y disfrutar del famoso té galés con una vista privilegiada, ya que la confitería se encuentra ubicada a 5 metros de altura sobre el campo. Se puede visitar de 9 a 19 horas y hay actividades nocturnas para aficionados a la fotografía.
La máquina del tiempo
La Trochita, también conocida como Viejo Expreso Patagónico, comenzó a rodar en el sur del país en 1922 con el objetivo de transportar animales, lana y granos. Por eso hoy, emprender un viaje en este tren significa viajar al pasado. Sus vagones originales de madera, equipados con salamandras a leña, recorren los mismos paisajes de antaño, aunque ahora cargados de turistas que desean revivir las historias que atesoran desde hace 100 años.
La Trochita tiene un cronograma con dos recorridos de ida y vuelta. El primero sale de Esquel y tras 18 kilómetros llega hasta Nahuel Pan; el segundo une El Maitén con Desvío Thomae y se puede combinar con la visita a los talleres del Viejo Expreso Patagónico, donde se realiza el mantenimiento de las unidades. Dado que la frecuencia de ambos servicios puede ir variando durante el año, se aconseja consultar los horarios en su página oficial, como también efectuar la reserva previamente.
Saborear la Cordillera
Casa Yagüe se ubica a sólo 12 kilómetros del límite con Chile, en el Valle de Trevelin. Son 3 hectáreas de viñedos que fueron plantados en 2014 como un proyecto familiar, y cuya primera cosecha se realizó en 2017. Al año siguiente se convirtió en bodega, de las pocas en la región más austral del país, proponiendo degustaciones y visitas guiadas.
Durante el recorrido, se pueden apreciar los viñedos y degustar las etiquetas de la bodega acompañadas de quesos y charcutería. Pero Casa Yagüe también abre sus puertas para disfrutar de un tapeo durante el atardecer sobre la Cordillera de los Andes, y un servicio de alojamiento para pasar una noche distinta en un marco inolvidable.
Entre las variedades que se cosechan se encuentran Chardonnay, Sauvignon Blanc, Semillón, Cabernet Franc y Pinot Noir, cada una con una personalidad marcada, fiel reflejo de las condiciones particulares del suelo patagónico.
Paraíso natural y milenario
“En el sur admiré lugares excepcionalmente hermosos y más de una vez enuncié la conveniencia de que la nación conservara algunos de ellos, para el provecho de las generaciones presentes y de las venideras”, dijo el perito Francisco Pascasio Moreno en 1903. Y sus palabras fueron escuchadas cuando en 1937 se creó el Parque Nacional Los Alerces, declarado Sitio de Patrimonio Mundial Natural por la UNESCO en 2017.
En Villa Futalaufquen, ubicada a 25 kilómetros de Trevelin, se encuentra el ingreso a este paraíso natural que alberga ríos y lagos de aguas cristalinas, y una diversidad muy prolífera de flora y fauna, como el escurridizo huemul. Entre sus más de 260 mil hectáreas descansan, en estado prístino, alerzales milenarios y por supuesto “El Abuelo”, un ejemplar de casi 2.700 años y más de 60 metros de altura.
La oferta de actividades en el parque es muy amplia, incluyendo trekking, kayak y navegación. Una de las caminatas permite conocer pinturas rupestres que certifican el paso de los primeros pobladores de la región.
