Un restaurante de Bariloche que hace foco en la cocina estacional, un espacio en Rosario que combina productos del Paraná con coctelería del más alto nivel, y un proyecto joven escondido en la capital cordobesa. Tres opciones para probar lo mejor del interior del país.
1- Ánima (Bariloche, Río Negro)
Este pequeño e íntimo restaurante ubicado entre lengas y ñires en el Circuito Chico de la Patagonia (el paisaje nevado regala un espectáculo único), nació de la mano de Emanuel Yáñez y Florencia Lafalla, dos chefs jóvenes y muy experimentados que se ganaron el corazón de los barilochenses.
Oriundo de San Juan, en sus comienzos Emanuel se fue a estudiar gastronomía a Mendoza y realizó una pasantía en 1884, el restaurante de Francis Mallmann. Allí la conoció a Florencia, formaron pareja y juntos decidieron viajar a España para seguir aprendiendo sobre cocina. El lugar elegido fue Barcelona, donde trabajaron en distintos proyectos de Jordi Vilà, el chef de Alkimia con una estrella Michelin. Pero la experiencia que terminó por formarlos tuvo lugar en el restaurante y hotel rural Els Casals: Emanuel llegó a ser jefe de cocina de un espacio rodeado de montañas que utilizaba sus propios cultivos para cocinar. Después de tres años de puro aprendizaje, volvieron a la Argentina para cumplir el sueño del proyecto propio.
Hoy Ánima es uno de los mejores restaurantes de Bariloche, con un salón de apenas 20 cubiertos y un menú por pasos elaborado con productos de estación. ¿La estrella de la carta? El omelette de trucha a las brasas, mezclado con crema con guanciale casero, hongo de pino y verdeo.
2- Delta Gastrococtelería (Rosario, Santa Fe)
En una exclusiva terraza de la zona de Puerto Norte, con vista al río y panorámicas de la ciudad, Delta combina técnicas asiáticas con productos del Paraná y coctelería del más alto nivel. Germán Sitz y Pedro Peña, co-creadores de spots gastronómicos como Niño Gordo, La Carnicería y Chori, y Tato Giovannoni, quien también le dio vida a Gintonería Rosario (el primer bar de gin tonic del país), se unieron para crear esta propuesta que le rinde homenaje a la cultura del río.
Además de platos como croquetas de pescado de río, empanadas fritas de surubí, pesca de mar con curry y boga marinada a la parrilla, la carta incluye carnes, con cortes vacunos de producción ganadera propia, y algunas opciones veggies.
La barra liderada por el bartender Marco Justiniano, con 16 metros de largo, es una de las más extensas del país y está coronada por una mesa del chef inédita en la Argentina, con espacio para hasta ocho personas. Los tragos imperdibles: Nativo (Gin Príncipe de los Apóstoles, Pulpo Blanco tónica, tintura del Litoral y hoja de cítricos) y Negroni del Litoral (Gin Príncipe de los Apóstoles, cocido de quinotos y Campari, Cinzano rosso y eucalipto).
3- Bros Comedor (Córdoba Capital)
Comida simple, con una vueltita de rosca. Así definen sus dueños, dos amigos que se conocen desde la infancia y se sienten “hermanos por elección” (de ahí viene su nombre), a este espacio que nació a principios de 2020 en pleno centro cordobés. Fue durante la adolescencia, que Alejandro Cerutti y Franco Ghione empezaron a soñar con un restaurante propio, mientras disfrutaban las primeras veces cocinando y sirviendo para amigos y familiares. A mediados de 2019 comenzaron un emprendimiento de eventos privados, con un servicio de “restaurante portable”, en el que trasladaban todos los productos necesarios y cocinaban en la casa de los clientes. Hasta que se animaron a dar el gran salto y encararon la apertura de Bros Comedor.
De espíritu joven y descontracturado, con foco en platitos para compartir entre muchos y probar varias opciones, la búsqueda principal de Bros es el sabor. ¿Cómo lo logran? Combinando texturas, temperaturas y recetas que van desde la comida callejera hasta clásicos de familia reversionados. Algunas de las opciones: pacú con chimi de mandarina, papines y cilantro; polenta blanca, cabrito y chips de repollo; y provoleta con pickle de pera, hierbas y almendras. Hay vinos de pequeñas bodegas que acompañan el menú a la perfección.
