Con la referencia ineludible de un clásico como La Trochita, este rincón chubutense espera con diversos planes que te permitirán conocer todo su encanto natural.
A todo vapor
Algo es innegable: La Trochita es el alma de El Maitén. Miles son los turistas que año tras años pisan este suelo chubutense con el único objetivo de conocer en primera persona a esta joya ferroviaria, que aún sigue echando humo. Y esta experiencia de tres días tiene como objetivo que el visitante pueda llevarse un recuerdo único e inolvidable.
El primer día consta de caminatas que, paso tras paso, permiten ir descubriendo la maravillosa historia de esta leyenda. En este itinerario, por supuesto, estarán incluidos el Paseo de las Esculturas, el Barrio de Las Latas, el barrio ferroviario, el Pasillo de Romero y el predio de la estación y andén del ferrocarril. También existe la opción de visitar las inmediaciones del ferrocarril.
Durante el segundo día se empezarán a develar muchos de los detalles más específicos de La Trochita. ¿Cómo? Recorriendo la locomotoras, coches y vagones para aprender, por ejemplo, a diferenciar una locomotora Henschel de una Baldwin, y para entender los secretos y condicionamientos de un tendido dependiente 100% del agua.
Ya en el día tres, será momento de “ensuciarse” las manos, porque el recorrido incluye la visita a los talleres, allí donde vive lo más puro de la ingeniería ferroviaria. Además, se estará ingresando al museo ferroviario y al Predio Cercado, allí donde descansan y esperan los tesoros más invaluables de La Trochita.
Turismo rural
Quien quiera conocer el día a día de la vida cotidiana en la chacra, el cuidado de animales, todo el proceso de la producción artesanal y lo hermoso de realizar los trabajos de campo, no deben dejar pasar esta oportunidad. Porque además, estarán en contacto con una comunidad de pueblos originarios, y sus más añejas y atesoradas costumbres y tradiciones.
Entre las actividades de esta propuesta, se destacan las cabalgatas, el ordeñe, el poder conocer bien de cerca elaboración de quesos, estar en pleno contacto con animales de granja, recoger verduras de la huerta y, por qué no, practicar yoga. El itinerario no estaría completo sin la visita al arroyo Las Minas y un asado en un marco inolvidable.
La fiebre del oro
¿Querés saber cómo era la vida de un minero en los comienzos del siglo XX? ¿Te interesa conocer cómo impacto la fiebre del oro en las tierras patagónicas? ¿Querés más detalles de esa aventura que para muchos fue realmente una apuesta de vida? Bueno, para ello el Arroyo Klondike y Ñorquin-co son dos lugares ideales para entender de primera mano cómo fue la búsqueda de oro en los arroyos de la región.
La información para reservar cada una de estas actividades se encuentra en la página de Turismo de El Maiten.
Por Christian Ali Bravo.
