En las frías aguas de la Patagonia conviven al menos 15 especies: cuáles son, qué rol cumplen en el ecosistema y por qué son un eslabón fundamental en el equilibrio costero.
¿Hay tiburones en la Patagonia? La pregunta esconde tanto incertidumbre como sorpresa. Y más cuándo se obtiene la respuesta… Porque sí, claro que hay tiburones en las costas más patagónicas, más precisamente en Chubut. Y de hecho son más de 15 especies las que conviven allí, y desde el silencio, cumplen un rol muy importante para el ecosistema.
Silencio y diversidad
La variada presencia de tiburones en las costas chubutenses es tan discreta como significativa. Para entrar más en detalles, vale mencionar que se trata de ejemplares de pequeño porte que se alimentan principalmente de crustáceos como camarones y langostinos. Pero, con el paso del tiempo y al alcanzar su tamaño máximo, cambian la dieta para tornarse más piscívoros.
Este ciclo alimenticio es muy importante ya que no solo asegura su supervivencia, sino que también contribuye a mantener un equilibrio en la cadena trófica, controlando las poblaciones de sus presas.
Entre las especies que habitan las costas patagónicas y cumplen esta importante función se encuentran el tiburón gatopardo, el escalandrún, el espinoso, el cazón, el tiburón sardinero, el pintarroja, el peregrino, el gatuzo y el ángel.
Los guardianes del mar patagónico
El rol de los tiburones en las costas de Chubut va más allá de la regulación de las poblaciones de peces. Y en este punto vale mencionar al gato pardo, tiburón de gran porte que además de cazar, actúa como un reciclador natural al alimentarse de restos de animales muertos. Así, este comportamiento no solo optimiza el uso de recursos en el ecosistema, sino que también evita acumulaciones de desechos orgánicos en el mar.
Los tiburones también tienen un impacto indirecto sobre otros organismos marinos: con su presencia influyen en el comportamiento de sus presas, lo que a su vez afecta a otras especies.
Un rol estratégico
Aquí hay que ser claro y terminante: sin tiburones, el mar perdería su equilibrio. Es que su ausencia provocaría un aumento de las especies que usualmente cazan, lo que podría derivar en un desequilibrio del ecosistema.
Por ello, en las costas patagónicas, los tiburones son pilares de un ecosistema saludable. Su conservación no solo es un desafío científico, sino también una responsabilidad compartida con las comunidades locales.
Y si bien pensar en tiburones suele evocar miedo y tensión, en la Patagonia sucede todo lo contrario: estos animales son arquitectos del equilibrio marino. Hoy, más que nunca, entender su papel en el ecosistema y proteger sus poblaciones es crucial. Los tiburones de la Patagonia son guardianes silenciosos de un equilibrio que, aunque invisible, nos afecta a todos.