Con inmensas salinas, una reserva arqueológica con pictografías ancestrales, un parque nacional infinito, un cielo envidiable, y el primer centro termal rural de Córdoba, esta localidad ubicada en uno de los extremos de la provincia tiene un encanto natural único.
Argentina es con encantos naturales desplegados casi estratégicamente a lo largo de los cuatro puntos cardinales. La naturaleza no ahorró en inspiración y regó estas tierras con termas, espacios verdes, salinas y hasta tesoros que evidencian la huella de sus antiguos pobladores. Recorrer todos estas maravillas en un solo viaje no es tan imposible como parece, porque en el extremo más al norte de Córdoba se encuentra un lugar donde la naturaleza decidió plantar bandera: Serrezuela.
Ubicada a poco más de 200 kilómetros de la capital de la provincia, pero a pasitos de La Rioja, este pedacito de la Argentina es la conjunción armónica de paraísos naturales… Una de las joyas mejor guardadas de las tierras cordobesas. Y conocerla es una obligación.
Pionero y natural
Bañarse en una terma es algo tan relajante que es difícil ponerlo en palabras. Lo cierto es que El Quicho tiene el irrebatible galardón de haber sido el primer centro termal rural de la provincia de Córdoba. Y sus puertas, por supuesto, siguen abiertas para que lugareños y visitantes puedan darse un chapuzón de paz y tranquilidad.
El surgente que dio origen a las termas rurales de Serrezuela fue descubierto en 1987, y desde ese entonces el brote de agua fue incesante. Con una temperatura cercana a los 39 grados, las propiedades curativas que ofrece son muchas. Además cuenta con servicio de camping y platos regionales para que la experiencia sea única.
Otro de los imperdibles es la Reserva Monte de las Barracas, en las Salinas grandes. Este territorio es tan extenso que sus más de 200.000 hectáreas están divididas entre Córdoba, Catamarca, Santiago del Estero y La Rioja. Los atardeceres que regala la reserva son de los más cálidos de nuestro país, con el perfecto contraste de la inmaculada porción de suelo blanco que son las salinas.
En el cielo y la tierra
Dueño de uno de los cielos con menos contaminación lumínica de la provincia, Serrezuela es un lugar idóneo para hacer astroturismo. Literalmente, uno parece tocar el cielo con las manos y pincharse con una estrella. Por si fuera poco, con un marco natural tan mágico como el propio cielo, es posible ver constelaciones completas.
Pero también hay opciones para los que gustan de tener los pies sobre la tierra: Guasapampa es una reserva arqueológica que entre sus formaciones rocosas esconde huellas pictográficas de poblaciones ancestrales. Cicloturismo, trekking y safaris fotográficos son algunas de las opciones que ofrece este lugar histórico y natural.
Y quienes deseen aún más verde, pueden visitar una de las ecoregiones más grandes de Argentina: el Parque Nacional Estancia Pinas. Su principal objetivo es preservar la amplia biodiversidad que atesora a la vez que proteger el patrimonio histórico de la zona. Hablamos de un antiquísimo asentamiento de los pueblos comechingones.
La invitación a este rincón de Córdoba en el cual la naturaleza parece haber encontrado su lugar en el mundo ya está hecha.
Fotos: Serrezuela es Turismo
