Además de sus paisajes serranos, la ciudad sorprende con una sofisticada oferta gastronómica y una potente agenda cultural. Tardes de sol y un abanico de propuestas nocturnas para unas vacaciones inolvidables.
Entre calores furibundos y heladas estrepitosas, el final de la primavera en el centro-sudeste de la Provincia de Buenos Aires va de los nubarrones a los cielos estrellados. A 390 kilómetros de Buenos Aires, esta ciudad fundada en 1823 con el nombre Fuerte Independencia, amplía su potencial y les agrega opciones a los paseos tradicionales por el Cerro Centinela o la Piedra Movediza.

La cultura todavía no figura en los folletos pero rebrota en las calles anchas y limpias. Rock, historia, arte: el piberío –y no tanto– no se calla, propone, inventa, festeja, discute. Hay muestras fotográficas, presentaciones de libros, cines, recitales y teatro under. Además, los museos están presentes en la tradicional Noche de Los Museos. La creencia popular ubica a Tandil como destino para acampar, hacer trekking por los senderos de sus sierras y comprar unos salames antes de pegar la vuelta, pero la ciudad creció y tres o cuatro días no alcanzan para saborear el menú completo y no perderse ninguna de sus atracciones.

Por ejemplo, el Parque Independencia, que tiene 95 años y es un palco perfecto para contemplar cómo se hunde la localidad cien metros más abajo y se ensancha la estepa en todas las direcciones. En la ruta cervecera aparece Tandilia, que funciona como bar y como fábrica en el mismo lugar. Cada plato tiene un producto característico y cada individual la imagen de alguna de sus figuras populares, como los tenistas Juan Martín del Potro, Pico Mónaco o Mariana Zabaleta. También aparecen el ilusionista René Lavand y el cantautor y poeta Facundo Cabral.

Tandil también es sede de varios equipos de fútbol que aprovechan su tranquilidad, la armonía que otorgan sus paisajes y sus pájaros, para hacer la pretemporada lejos del bochinche de la Capital y con espacios de entrenamiento preparados para el alto rendimiento y la puesta a punto de los jugadores antes de la competencia oficial.