El icónico lugar de Santiago del Estero, nos ofrece relax y beneficios curativos en el centro termal del país.
A orillas del río dulce, esta ciudad posee la mayor cantidad de pozos termales, no sólo del país, sino también de Latinoamérica. Este sitio se encuentra asentado en 14 napas mesotermales con agua mineromedicinal. Hablando en criollo, esto podría traducirse como que “está asentado en una gran palangana”. La tentación de sumergirse en ella, es absolutamente irresistible. Nos invita a detenernos y a ingresar en el tiempo del no tiempo.
El agua tiene un valor intrínseco y aporta mucho más a nuestra vida de lo que realmente podemos imaginar. Es y ha sido, una pieza central del simbolismo espiritual y ritual de muchas comunidades durante milenios y milenios. En las diferentes culturas el agua se utilizó para comunicar el valor sagrado de la vida, la curación y la protección, dando redención a las almas, comunicándolas con las distintas dimensiones espirituales.
El encuentro con uno mismo y el disfrute, están a la orden del día en este lugar, que recibe viajeros y visitantes, en forma permanente, de diversas partes del país y del mundo. Los placeres de estar metidos en el agua, la paz y el bienestar, se conjugan a la perfección con el ambiente histórico y cultural de la región.
Este destino también cuenta con varias actividades para realizar tanto de día como de noche, siendo las peñas, su principal atractivo autóctono. Las opciones y ofertas gastronómicas abundan, y el chivito local es una de las más elegidas por los comensales.
Las termas, su gente, sus costumbres y sus valores, atrapan, conquistan seducen, invitándonos a volver una y otra vez.