Descubrí la región con más biodiversidad de Argentina y deslumbrate con sus árboles gigantes, orquídeas, aves multicolores y nubes de mariposas.
En la provincia de Misiones, cerca de la localidad de El Soberbio y a unas 4 horas en auto desde las Cataratas, hay una región muy pintoresca donde la selva, las chacras, el río Uruguay y la influencia de Brasil generan una identidad única: la Reserva de Biósfera Yabotí.
Esta zona es un área protegida que incluye reservas naturales públicas, privadas y de gestión de pueblos originarios, donde el paisaje de tonalidades verdes se mezcla con chacras, cultivos de yerba mate, citronella y la influencia de la cultura brasileña.
Una forma de descubrir la región es hacer base en El Soberbio, alojándose en posadas o lodges que realizan excursiones y ofrecen actividades especiales. También hay reservas naturales privadas que ofrecen servicios y salidas guiadas, y para los fanáticos del ecoturismo, pueden encontrar guías especializados para hacer tours fotográficos y salidas de observación de aves.
Por otro lado, la localidad de San Pedro es la puerta de entrada desde el norte, a través de caminos de tierra que atraviesan la selva. Son recorridos agrestes sólo para viajeros con experiencia y amantes de la selva. Cerca de la misma localidad se puede visitar el Parque Provincial de la Araucaria, que protege un pequeño bosque de araucarias misioneras o pino paraná.
Otra de las áreas naturales que guarda la Reserva Yabotí es el Parque Provincial Moconá. En sus casi mil hectáreas, ofrece 4400 metros de senderos para sumergirse en la naturaleza, conocer la flora y fauna del lugar y realizar excursiones a los Saltos del Moconá. Aún si los saltos no están visibles, es un lugar espectacular para disfrutar la naturaleza, la selva y algunas bellas cascadas. Cuenta con un área de servicios, estacionamiento, baños, restaurante, proveeduría y una tienda de recuerdos y artesanías.
Otro imperdible son los Saltos del Moconá, únicos y diferentes a todo. El río Uruguay, en la frontera con Brasil, parece partirse en dos. Una falla longitudinal en el cauce del río genera 3 kilómetros de cascadas ininterrumpidas: el agua cae “de costado”, como si el río se partiera al medio. La selva paranaense que lo rodea genera un marco espectacular y salvaje.