Conocer una de las siete maravillas del mundo es una experiencia inolvidable. Caminar por la selva, apreciar la fuerza del agua y admirar la flora y la fauna misionera, son parte de un paseo que estimula los cinco sentidos.
Por Camila Gomez.
Hablar de turismo natural es remitirse directamente a la localidad misionera que guarda en sus tierras las Cataratas del Iguazú, declaradas una de las siete maravillas naturales del mundo en 2011. En la actualidad, es uno de los destinos turísticos más reconocidos a nivel internacional y cuenta con todos los servicios necesarios para disfrutar de unas vacaciones inolvidables.
Las cataratas se encuentran en el Parque Nacional Iguazú, creado en 1934. Es un área de preservación natural que abarca 67.720 hectáreas y constituye un sistema de 275 saltos de agua en plena Selva Paranaense, ubicados a 17 kilómetros de la desembocadura del río Iguazú en las aguas del río Paraná, punto de encuentro entre las fronteras de Argentina,Brasil y Paraguay.
La mejor manera de descubrir el paisaje es mediante el sistema de pasarelas que atraviesan el lado argentino y el lado brasileño. La excursión comienza abordando el tren ecológico que recorre parte de la selva misionera y sirve como traslado para los visitantes. Se desplaza a una velocidad inferior a los 20 kilómetros por hora para evitar la intervención con la fauna.

El punto de partida es la Estación Central, cercana al área de servicios. La estación intermedia es Cataratas, desde la cual se accede a los paseos Superior e Inferior, y finaliza su recorrido en la Estación Garganta del Diablo. Una vez allí, hay dos formas de transitar la excursión: el Circuito Inferior ofrece vistas de frente y permite llegar a la base de los saltos, donde la fuerza del agua se convierte en rocío mojando a todo aquel que pase por su camino. En este trayecto es posible observar los saltos en todo su esplendor y aventurarse en la selva, para vivir una experiencia en plena conexión con la naturaleza.
Por otro lado, las vistas panorámicas desde las pasarelas del Circuito Superior y los miradores hacen que la vivencia sea inolvidable. Este paseo brinda un panorama de los saltos desde una altura mayor. Las pasarelas llegan hasta el borde de la caída, ideal para tomar fotografías desde la cima. Desde allí se puede disfrutar de los saltos Bosetti, Adán y Eva, Bernabé Mendez, Mbiguá, Dos Hermanas y el majestuoso San Martín. Además, el recorrido permite conocer el salto más imponente del mundo, con más de 80 metros de caída: la Garganta del Diablo. Es la vista más reconocida a la hora de hablar de las Cataratas del Iguazú.

Iguazú ofrece otras atracciones turísticas además de las cataratas. El Hito de las Tres Fronteras es una de ellas. Es el punto de encuentro entre las fronteras de Argentina, Paraguay y Brasil. Allí se puede visitar el paseo de compras de artesanías, recorrer la Costanera Eduardo Arrabal bordeando el río Iguazú hasta llegar al puerto y gozar de un espectáculo de aguas danzantes, luces y sonido, alrededor de un pequeño obelisco pintado con los colores de la bandera argentina.
Para los amantes del cuidado del medio ambiente, hay varios sitios de interés, como La Aripuca, un emprendimiento eco-turístico familiar que permite pasar horas entre la naturaleza y aprender características del ambiente selvático y de los primeros habitantes de la zona.

Sobre la Ruta 12 se encuentra la Casa de las Botellas, una construcción hecha totalmente con botellas y cartones, ideal para visitar y recordar la importancia de reciclar. Por último, también es posible visitar Güira Oga, un refugio de animales ubicado entre la ciudad de Puerto Iguazú y el Parque Nacional Iguazú.
Los viajeros amantes de los recuerdos y los souvenirs pueden pasar una tarde en la Feria de Puerto Iguazú, conocida como la feirinha, donde se encuentran más de 70 locales con productos típicos de la región, como quesos, aceitunas rellenas, jamones crudos y cocidos, vinos y alfajores. Pero también hay varios lugares para quienes disfrutan de conocer la historia, porque las aldeas guaraníes de los alrededores de la ciudad son imperdibles. Durante el paseo, los habitantes cuentan sus costumbres y ofrecen sus artesanías.
Otras de las actividades tradicionales que los visitantes pueden realizar son: la navegación por el río Iguazú, la visita al centro de la ciudad y el museo El Ángel de la Selva, y un recorrido en el Bus Turístico.

Iguazú cuenta con 1900 plazas de alojamiento, que se adaptan a todos los gustos y bolsillos. Los hoteles más lujosos se encuentran sobre la Ruta 12, donde abunda el ambiente natural y la proximidad con el Parque Nacional Iguazú, pero además hay hostales en el centro de la ciudad, cercanos a los restaurantes, bares y comercios. La ciudad cuenta con un circuito gastronómico repleto de opciones para degustar platos típicos de la zona, elaborados con productos regionales como pescado de río, mandioca, yerba, miel de caña o de abejas, maíz, palmitos, maracuyá, té, mamón y guayabas.
La mejor época del año para visitar el destino es entre marzo y mayo, cuando concluye la temporada de lluvias, ya que el nivel de agua de las cataratas es mayor y el calor no es tan agobiante. De todas formas, al ser un clima tropical, las temperaturas máximas no descienden de los 23 grados.