Más allá de los clásicos destinos para veranear en Buenos Aires, existen playas con encanto propio, entre aguas caribeñas, huellas prehistóricas, atardeceres inolvidables y un silencio que sólo se atreven a romper las ballenas.
Por Christian Alí Bravo.
Cuando el sol pega, es inevitable trasladarse, aunque sea mentalmente, a esa sensación de los pies a punto de mojarse en la orilla del mar. Y a la hora de convertir ese deseo en realidad, la Costa Atlántica se alza como el destino predilecto. Clasicazos como Mar del Plata, Cariló, Pinamar, y destinos emergentes como Chapadmalal, suelen ser los más requeridos en el GPS (y con mucha razón). Pero claro, también existen caminos alternativos, propuestas que merecen ese desvío de la ruta tradicional, para descubrir nuevos destinos con playas increíbles.
Playa Yuco: el Caribe patagónico
Según la poesía, es en lo profundo del corazón donde se guardan los tesoros más valiosos. Y la naturaleza lo confirma: en lo más recóndito del Parque Nacional Lanín, en Neuquén, se encuentra Playa Yuco, un verdadero paraíso caribeño que conjuga a la perfección las aguas color esmeralda del lago Lácar con el frondoso bosque de arrayanes que las rodea.
Desde San Martín de los Andes, son 30 kilómetros por la ruta 48. Y es necesario ir a baja velocidad no sólo por lo dificultoso que puede ser manejar en ripio, sino también para disfrutar los paisajes que se dibujan conforme avanza el camino.
Son cinco las playas que se pueden conocer, y si bien la Turquesa es la más visitada, vale la pena bordear la costa para descubrir el resto. El predio cuenta con mesas, baños y foodtrucks, pero para las personas con espíritu aventurero, hay senderos para hacer trekking de diferentes dificultades y extensiones.
Necochea: atardecer para la historia
Después de un agotador día de playa, ¿hay algo más reconfortante que un mate recién cebado mientras se disfruta de un cálido atardecer? Sí, que el atardecer sea puntualmente el que se dibuja bien al sur de la provincia de Buenos Aires, en las costas de Necochea.
Como las llaman sus habitantes, “las playas del suave declive” se extienden a lo largo de casi 70 kilómetros, alcanzando en algunos puntos los 300 metros de ancho.
Aquí también hay lugar (cómo no iba a haberlo con tamaña extensión) para actividades vinculadas a la adrenalina, como el surf (su oleaje es ideal para dicha práctica), o excursiones en 4×4 por los médanos.
¿Un bonus track? Punta Negra, playa ubicada a 5 kilómetros del centro de Necochea, cuyo nombre hace referencia a sus arenas enriquecidas con hierro, y que cuenta con piletones naturales donde conviven diversas especies.
Las Grutas: calidez natural
Al este de Río Negro, en el Golfo San Matías, espera el lugar ideal para veranear este año. El adjetivo ideal es el indicado: gracias a dos fenómenos naturales (uno atmosférico, el otro oceanográfico), la temperatura del agua en las playas de Las Grutas ofrece una calidez que sorprende. Como así también lo hacen los acantilados, allí donde la erosión marina ha trabajado por años hasta formar esos accidentes geográficos que bautizaron a la villa: las grutas.
Entre las actividades náuticas que se pueden realizar, destacan el buceo, el snorkel y el kayak. Y según la época en que se visite, también es posible tomar paseos en barco para avistar lobos marinos, pingüinos, diversas especies de aves y la imponente ballena franca austral.
El Doradillo: el sonido del silencio
Es común, durante el verano, toparse con playas atestadas, donde ubicar una sombrilla puede desatar una batalla territorial encarnizada. Pero eso no sucede ni sucederá jamás en El Doradillo.
A unos pocos minutos del centro de Puerto Madryn, en Chubut, esta reserva natural de 25 kilómetros de largo y 3 de ancho de playa es el destino perfecto para quienes busquen paz, silencio y tranquilidad. Siempre y cuando no sea la época en que la ballena franca austral toma posesión del territorio.
Entre junio y octubre, El Doradillo se convierte en el mejor lugar para el avistaje de ballenas, en un marco de respeto para la especie y el ambiente. Dada la pendiente del fondo que tiene esta playa, es posible contemplar a madres con sus crías a tan sólo unos metros de distancia (hasta se pueden escuchar los típicos soplidos que hacen al respirar). Es en ese momento en el que el silencio da paso a uno de los espectáculos más impresionantes de la naturaleza.
Un tesoro escondido en Neuquén, la huella de gigantes extintos al sur de Buenos Aires, aguas cálidas en Río Negro y la compañía de las ballenas en Chubut. Argentina tiene playas para todos los gustos y para disfrutar de costa a costa.
ENERO 2023