Por Camila Gomez.
Mahatma Gandhi una vez dijo: “La grandeza de una nación y su progreso moral puede ser juzgado por la forma en que sus animales son tratados”. ¿Alguna vez se detuvieron a pensar qué lugar ocupan las otras especias en nuestra sociedad? ¿Y en nuestra vida?
En la actualidad, gracias a los nuevos conceptos y aprendizajes que nos está regalando la deconstrucción social, el respeto hacia los animales es mucho mayor. Incluso, cada vez hay más hogares en donde las mascotas pasan a formar parte de la tribu. Tal es así, que el antiguo concepto de familia está quedando atrás, ya no se basa en el matrimonio o en el parentesco, lo que realmente importa son los lazos afectivos que unen a los miembros del clan.
Esta nueva concepción ha hecho que las relaciones con nuestros amigos peludos sean mucho más fuertes y respetuosas. Que los seres humanos estemos preguntándonos y reflexionando sobre sus derechos, no es cuestión menor. Este paradigma nos podría llevar hacia una maravillosa transformación social, rodeada de igualdad y equidad entre las especies.
La ley y el orden
Desde el ámbito jurídico se comenzó a pensar a los animales como seres sintientes y sujetos de derechos. Pero a su vez, exponen que son un incapaz legal (como los menores de edad que necesitan de un tutor). Para los que defendemos esta postura, la capacidad de experimentar sensaciones, sentimientos y emociones es el fundamento principal para dar continuidad y fortalecer la lucha.
En Argentina, existen dos leyes que los amparan y protegen: la Ley 14.346 “Malos tratos y actos de crueldad hacia los animales” y la Ley 27.330 “prohibición de carreras de perros”. A su vez, muchas provincias cuentan con reglamentaciones propias que brindan una protección integral.
El combo completo
La vida es el mejor viaje que uno puede realizar, y como toda aventura, es más linda si se hace en compañía. Los humanos que sentimos a las ‘mascotas’ como parte de nuestros vínculos más cercanos, queremos hacer todo con ellos, incluso viajar. Pero para esto es necesario tomar ciertos recaudos:
- Comprobar si el lugar de alojamiento permite el acceso de animales. Lo ideal sería comunicarse directamente con los propietarios y contarles sobre la edad, el tamaño y algunos rasgos del comportamiento.
- Elegir una transportadora que sea ligera, amplia y que tenga suficiente ventilación.
- Días antes, colocar en el bolso de transporte objetos personales -como un juguete o una manta – para que lo reconozca y se sienta en confianza.
- También, previo al viaje, sería conveniente dejar el canil abierto dentro de la casa para que entre voluntariamente y no se sienta forzado.
- Llevarlo a un chequeo veterinario, sobre todo si sufre alguna enfermedad. Si así, recordar empacar la medicación.
- No darle alimento antes de emprender el viaje para evitar mareos. De ser necesario, programar alguna parada para darle comida.
- Realizar un paseo antes de viajar, sobre todo si es un perro, así evita el estrés.
En cuanto a los traslados dentro de Argentina, el Senasa -Organismo responsable de fiscalizar y certificar los intercambios internacionales de caninos y felinos domésticos- no posee una reglamentación específica, por ello algunas recomendaciones a tener en cuenta son:
Tener el certificado de Vacunación Antirrábica, la cual debe administrarse de modo obligatorio a partir de los tres meses de edad y revacunarse anualmente. Al transitar por cualquier medio de transporte hay que llevar la constancia, ya que podrá ser requerida por autoridades competentes en puntos de control ubicados en el territorio nacional como también por compañías de transporte.
Constancias documentales para viajeros internacionales: al ingresar de modo temporal se necesita un Certificado Veterinario Internacional (CVI) o Pasaporte canino-felino emitido en el país de procedencia, además de los datos de vacunación y cualquier otra documentación extendida por el personal del Senasa.
Al viajar en ómnibus es necesario consultar la posibilidad reglamentaria de efectuar el traslado del animal, características de la jaula a utilizar, tiempo de antelación a presentarse para el embarque, restricciones para animales braquicéfalos por razones de temperatura y condición térmica apropiada, y provisión de alimentos y agua.
Antes de iniciar los preparativos sería ideal reflexionar si llevarlo es la mejor opción. Hay muchos animales que sufren el cambio y no se adaptan fácilmente, que tienen problemas de salud o que el destino no es el más adecuado para él. Lo mejor es valorar todas las alternativas antes de tomar una decisión.
