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La ESTANCIA que es un SÍMBOLO de la PATAGONIA

Fundada en 1918, La Antonieta se erige en el corazón de Chubut como un tesoro que guarda pedazos de historia y es parte del patrimonio de un lugar realmente mágico.


La Ruta Azul que recorre las entrañas de la provincia de Chubut guarda lugares que realmente son tesoros. Sin ir más lejos, un claro ejemplo de esto es Estancia La Antonieta, la cual fue fundada en 1918 y gracias al cuidado que recibió generación tras generación, hoy se erige como un punto histórico y turístico del paisaje patagónico.

Ubicada a menos de 40 kilómetros de Punta Tombo, a la vera de la ruta provincial 1, la cual une Rawson con Comodoro Rivadavia, invita a compartir el profundo amor por el Mar Patagónico y la vida en el campo.

Daniel Feldman- [email protected]

Historia pura

La Antonieta guarda una historia única con un protagonista muy especial. Don Vicente Martino nació el 9 de agosto de 1885 en Lungro, Italia. Tras una tragedia familiar, decidió buscar nuevos rumbos, los cuales lo trajeron a la Argentina. Así fue como a los catorce años llegó a Chubut con su propio ganado, siendo pionero en tierras salvajes.

A través de los años, y gracias a su perseverancia, Vicente fue parte del poblado inicial de “El Asador” y también pudo adquirir dos estancias: Santa Elena y La Antonieta. Ya en la década del ´90, Estancia La Antonieta comenzó su andadura como destino turístico, como parte del legado familiar. 

Un mar de posibilidades

Poner un pie en La Antonieta es viajar en el tiempo, porque son muchos los detalles los que evocan reminiscencias del tiempo pasado, de esas tradiciones atesoradas por años, de aquella esencia de la historia rural de la provincia. Y por supuesto, todo en un marco de confort y tranquilidad en la inmensidad de la Patagonia.

Pero más allá del descanso y el relax, la estancia pone un menú de actividades más que interesante para sus visitantes. Porque desde allí se puede realizar avistaje de elefantes marinos en las costas cercanas, iniciar un trekking por el cañadón del paisano para observar nidos de águilas moras y ruinas históricas, hasta coordinar paseos a caballo por las playas vírgenes donde la naturaleza se exhibe en todo su esplendor.

Saborear lo autóctono

El mejor maridaje para un paisaje tan espectacular son las delicias gastronómicas del restaurante de campo de La Antonieta. ¿De qué se compone el menú? De platos elaborados con carnes ovinas de producción propia, los cuales destacan los sabores auténticos de la Patagonia en cada bocado. Por si fuera poco, para disfrutar de una experiencia culinaria autóctona, las vistas panorámicas se encargan de dar el toque final.

Así, Estancia La Antonieta es mucho más que un lugar para relajarse: es un destino que invita a explorar, reflexionar y reconectar con lo esencial. Porque el pasado se encuentra con el presente en una danza armoniosa, donde la historia y la naturaleza se entrelazan para ofrecer una experiencia diferente, pero con todos los condimentos de la Patagonia salvaje.

Por Christian Ali Bravo.

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