La Fundación Rewilding Argentina encabeza un proyecto pionero de reintroducción de la especie en los Esteros del Iberá que ya empieza a dejar su huella. Estuvo extinto durante 70 años, pero hoy conviven 17 ejemplares en esta zona correntina, con nuevas crías que nacieron en la libertad de su hábitat natural.
Hubo una época en la que el yaguareté, el felino más grande de América, era amo y señor de estas tierras: su dominio se extendía desde el extremo sur de los Estados Unidos hasta el norte de nuestra Patagonia. Pero la pérdida de su hábitat y la cacería hicieron que la población se viera drásticamente disminuida. En Argentina la retracción fue tan extrema que se calcula que hoy abarca solamente un 5% de su distribución histórica.
Ante esta situación crítica, la Fundación Rewilding Argentina comenzó un proyecto pionero de reintroducción del yaguareté en los Esteros del Iberá. Y sus resultados ya están a la vista: tras la liberación de los primeros ejemplares en 2021, y con el reciente hallazgo de cuatro nuevos cachorros, son 17 los yaguaretés que conviven en libertad en el extenso humedal correntino.
¿Y por qué esto es tan importante? Marisi López, Coordinadora de Parques y Comunidades del Proyecto Iberá en dicha Fundación, explica que sin su presencia, empieza a haber un “desequilibrio ecológico porque los zorros, carpinchos y yacarés depredan tanto que el ecosistema se descompensa”. Con el regreso del yaguareté, el ecosistema vuelve a ser saludable y eso impacta no sólo ambientalmente, sino que beneficia al turismo “por el interés que se genera por ver un ejemplar o, aunque sea, su huella”.
Pero para que el yaguareté pueda caminar nuevamente libre por tierras correntinas hubo un arduo trabajo de investigación previa: “Antes de reintroducir un animal, es necesario saber por qué se extinguió, si hoy es posible controlar esas causas, si tendrá con qué alimentarse, y si existe el apoyo de la comunidad”, señala la coordinadora del proyecto. Al ser monumento natural nacional y provincial, el yaguareté ya no corre riesgo de ser cazado, y el Parque Iberá cuenta con 750.000 hectáreas protegidas. “Además, según nuestro relevamiento, la zona ofrecía presas de sobra para que pueda alimentarse. Hicimos una encuesta y más del 90% apoyó que vuelva el yaguareté, por la fuerte identificación cultural que siente el pueblo correntino con la especie”.
En 2015 se dio el primer paso hacia la reintroducción con la construcción de corrales para que algunos ejemplares pudieran relacionarse con fines reproductivos. Los esperados nacimientos de las crías consolidaron el camino. En enero de 2021 se registraron las históricas primeras huellas de yaguareté en suelo correntino en absoluta libertad después de 70 años.
“En un primer término liberamos madres con sus crías para generar lo que se llama anclaje. Si bien el yaguareté recorre grandes extensiones y hasta es un buen nadador, cuando son crías de 3 o 4 meses suelen estar alrededor de la madre; no se dispersan. Y por otro lado, el macho tiende a permanecer donde hay comida y hembras. Y nosotros necesitábamos tenerlos bien cerca para ver cómo se comportaban”, cuenta Marisi.
El monitoreo actualmente se realiza con collares con una señal de GPS única para cada ejemplar, y mediante cámaras trampa. Gracias a ellas pudieron enterarse de los primeros nacimientos sin intervención humana. “La emoción que sentimos al ver a un yaguareté cargando una cría recién nacida es inexplicable. Queremos que la naturaleza siga su rumbo sin nuestra intervención”, dice.
Ya con la mira hacia el futuro, el objetivo es que la población sea tan fuerte que no necesite que se introduzcan nuevos ejemplares. “Lo que buscamos es que haya mezcla de sangre de diferentes lugares, que no sean todos parientes”, reconoce Marisi.
Lo cierto es que hoy, se cree, hay 200 yaguaretés distribuidos entre Misiones, Salta, Santiago del Estero y Chaco. Y por supuesto en Corrientes, donde gracias al trabajo de la Fundación Rewilding Argentina y el apoyo del CONICET, otras organizaciones y el pueblo correntino, el yaguareté volvió a dejar su huella.
