Los amantes del vino y de nuevas experiencias viajeras van a sorprenderse con este lugar. Un hotel boutique inmerso en los viñedos que nació como un proyecto familiar y que sumó hace muy poquito una bodega.
Postales del Nunca Jamás es un centro enoturístico creado en 2012 por una familia de viticultores del Valle de Uco, Mendoza, con la idea de que los apasionados por el vino puedan tener un íntimo contacto con las vides. Postales Hotel Boutique fue el primero en la región en ofrecer este tipo de experiencias.
“Me cambió el ADN, porque yo vengo de una familia tradicional vitivinícola pero me gustaba entrar en el sector de la hospitalidad, es algo que disfruto mucho” cuenta Diego Stortini, propietario de la finca quien junto a su pareja Carolina Loock llevan adelante este emprendimiento que cuenta con hotel, restaurante, bodega y próximamente una aldea.
Llevaban más de 8 años trabajando con el hotel boutique en las vides cuando decidieron lanzarse al sueño de la bodega propia para seguir elaborando sus vinos con mayor control, libertad y precisión. Así es como en 2019 nació Finca del Nunca Jamás, un proyecto pensado para la elaboración de vinos con personalidad, y varios de ellos ya han logrado reconocimientos internacionales.
El hotel
Rodeado por 15 hectáreas de fincas, Postales Hotel Boutique combina sencillez y encanto: 11 habitaciones exclusivas que combinan arquitectura original de Mendoza, con la calidez de las casonas finqueras mendocinas con sus techos altos de caña, sus galerías íntimas, detalles de diseño, confort contemporáneo y un culto por el buen vivir integrado al entorno.
La magia de Postales es un despertar de los sentidos. El huésped llega con la idea de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida: una estadía confortable, degustación de los mejores vinos, deleite de sabores en el restó, recorridos por la finca, y el disfrute del paisaje mendocino desde la piscina.
Su decoración actual y minimalista es la que mejor trasmite la sencillez, la elegancia, y la conexión con la naturaleza de un lugar que invita a vivir la vida al ritmo de la finca. Se puede reservar una Suite, una habitación o la Casona en su totalidad. Todas tienen vista a la Cordillera de los Andes, aunque algunas dan al sector d ellos viñedos y otras a la piscina y el espacio de relax. Hay Wi Fi libre en todo el hotel, caja de seguridad en las habitaciones, aire frio/calor.
La Bodega y el restaurante
A pocos metros del hotel gravitan la bodega de Finca del Nunca Jamás y sus 2 restaurantes con gastronomía gourmet. En la Bodega se sirven los almuerzos y en el Hotel las cenas. Y la propuesta es simple: de la huerta a la mesa, al ritmo de las estaciones y alineados a la filosofía natural. “Creemos en la importancia del producto, el sabor y la sencillez, la pasión por la cocina, la informal y alegre ceremonia que es compartir una mesa, deleitarse ante la evidencia de un buen plato maridado con un vino sorprendente”, dicen los anfitriones.
El complejo enoturístico se rige por un reglamento interno de convivencia para conservar la esencia del emprendimiento y la certificación de prácticas orgánicas. Por esta razón cada persona que se sume a la experiencia también vivirá bajo éstas normas de cuidado y armonía con la naturaleza.
Por Silvina Baldino
