Visitar España en épocas estivales y no hacer un alto en la obligada caminata para refrescarse con una sangría es casi imperdonable.
Esta mezcla de vino tinto, jugo de frutas, azúcar, bebida espirituosa y gaseosa es un clásico en toda la Península. Su patria chica es Andalucía, ya que fue allí donde por primera vez al primigenio vino especiado que muchos siglos atrás patentaron los antiguos romanos se le agregaron las frutas cortadas que hoy le son características. Y en Europa es una costumbre extendida que llega desde los siglos XVIII y XIX, cuando en Francia e Inglaterra se preparaba un tipo de sangría elaborada con uvas francesas.
El origen de su denominación es lógico: hecha a partir de vino tinto, no había chance de que su nombre no estuviese vinculado al líquido vital que corre por las venas de todo vertebrado. Y aunque es cierto que en Argentina aún debe conquistar terreno, es hora de sumarla al grupo de bebidas ideales para combatir las altas temperaturas, que están a la vuelta de la esquina.

Ingredientes
1 botella de vino tinto
1 limón
1 naranja
2 cdas de azúcar
50 cc de gin o ron blanco
2 vasos de ginger ale o soda
Frutas en rodajas, c/n
Preparación
1 Lavar el limón y la naranja. Cortarlas en gajos o rodajas y
colocarlas en la jarra.
2 Agregar el vino tinto elegido. Apretar los trozos de frutas, retirando las semillas.
3 Sumar el azúcar y el gin o ron.
4 Dejar que se enfríe en la heladera durante toda la noche. Antes de servir añadir la soda o gaseosa.
5 Se pueden añadir más frutas: frutilla, melón, kiwi, arándanos, frambuesas, etc.