Son varios los clubes que abren las puertas de su historia, para que cualquier amante de la redonda pueda deleitarse con trofeos y reliquias de antaño.
Boca Juniors
Al igual que el propio barrio de La Boca en sí, el Museo de la Pasión Boquense es otra parada imperdible para propios y ajenos. ¿Dónde se ubica? En la mismísima Bombonera, debajo de una de las tribunas.
La experiencia es interactiva que atesora una colección muy importante de objetos de la historia boquense, como copas y trofeos, documentos históricos, indumentaria y recuerdos que pertenecieron a los ídolos de Boca. Vale aclarar que Diego Maradona tiene su propio homenaje.
River Plate
En total son más de 3.000 metros cuadrados los que componen el impresionante museo del Club Atlético River Plate. Con un despliegue tecnológico único, recorre los orígenes del club, sus primeros pasos en el deporte profesional y por supuesto la gloria de los partidos más destacados.
Vale destacar que cuenta con dos “estrellas”: un espectáculo audiovisual de cine inmersivo en 360° y una gran escenografía que homenajea a “La máquina”, el célebre equipo de River de la década de 1940.
San Lorenzo
Con una extensa colección de trofeos, camisetas y diversos objetos de los jugadores que brillaron en la institución, el museo fue inaugurado en 2003. Para los fanáticos y fanáticas del Ciclón que quieran visitarlo, vale la pena aclarar que la visita es gratuita.
Argentino Juniors
Toda una insignia del barrio de La Paterna y una de las cunas futboleras más importantes de Argentina, Argentinos Juniors vio nacer a estrellas del calibre de Diego Armando Maradona, Juan Román Riquelme, Esteban Cambiasso y Claudio Borghi, entre tantísimos entre otros.
La visita al club incluye el estadio “Diego Armando Maradona” y también el museo denominado “El Templo del Fútbol”. Inaugurado en 2009 y montado debajo de una de las tribunas, atesora fotos, carnets, trofeos, camisetas de diferentes campañas y muchos otros valiosos objetos donados por sus hinchas.
TE PUEDE INTERESAR TAMBIÉN: ROSARIO y un plan GLORIOSO: los circuitos MESSI y DI MARÍA