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Escapada a San Antonio de Areco: pura tradición

San Antonio de Areco, a un poco más de 100 kilómetros de CABA, es la opción ideal para una escapada de fin de semana. Gastronomía, gauchos, naturaleza y tranquilidad, en un rincón mágico de la provincia de Buenos Aires.


Con casi 300 años de historia, San Antonio de Areco se erige como uno de los pueblos más antiguos de la provincia de Buenos Aires. Sus orígenes, así como gran parte de su arquitectura, se remontan a 1728… Y esto no es una exageración, ya que todo el pueblo conserva el estilo colonial de la época. Sí, un verdadero museo al aire libre.

Este rasgo tan característico, y su especial cuidado de las tradiciones de la cultura gauchesca, le valen no solo la visita de un sinfín de turistas, sino también el reconocimiento del Congreso Nacional, que lo declaró “Capital Nacional de la Tradición”. 

Que grandes personalidades de la historia lo hayan elegido como lugar de descanso y esparcimiento –hablamos de Charles Darwin, Carlos Gardel, Walt Disney y Jorge Luis Borges entre otros–, confirma que San Antonio de Areco es un lugar especial. Y gracias a la calidez de su gente, la gastronomía que destaca y las propuestas que abundan, se transformó en el destino ideal para una escapada de fin de semana.

Estancias

Sentirse en el ámbito gauchesco es muy fácil en San Antonio de Areco, ya que son muchas las estancias que se dedican especialmente al turismo rural, con el objetivo de brindar a quienes las visiten cercanía con la naturaleza, viviendo en primera persona un día de campo con todas las letras.

Entre las principales actividades que ofrecen los establecimientos se destacan el poder ver destrezas con caballos, comer un rico asado con la infaltable degustación de vinos, y hasta disfrutar del folklore interpretado por músicos locales, que son acompañados por los tradicionales bailes.

Gastronomía

Para sentir el verdadero sabor de San Antonio de Areco y mantener contento al corazón es primordial conocer de lleno su oferta gastronómica y la variedad de platos típicos que engalana cada una de las cartas de sus restaurantes, parrillas y pastelerías.

Los almacenes de ramos generales y las pulperías son las grandes estrellas del lugar, allí donde las paredes y mostradores aún guardan secretos y costumbres de antaño. Picadas, empanadas y asados son lo más pedido por propios y ajenos, aunque también se destacan nuevas propuestas de comida autóctona y hasta internacional. Los alfajores made in Areco son la mejor compañía para unos ineludibles mates vespertinos.

Naturaleza

La reserva natural Parque Criollo, creada hace cuatro años, es Patrimonio Ambiental de San Antonio de Areco y una parada obligada en esta escapada. Su principal función es preservar el pastizal natural y el talar –únicos ambientes pampeanos–, como también mantener la diversidad biológica, cuidando las especies que allí habitan. 

Con una propuesta de turismo de bajo impacto ambiental, cuenta con visitas guiadas para conocer toda su belleza y extensión.

Otra muy buena opción para disfrutar del aire libre y la naturaleza es una caminata para conocer todo el encanto de la Costanera. Con una privilegiada postal del Puente Viejo, espera con ferias artesanales y actividades deportivas.

Patrimonio

Don Segundo Sombra, la reconocida novela rural que se publicó en 1926, ha marcado a fuego las tierras de Areco. No es para menos: Ricardo Güiraldes, su autor, fue un enamorado de estos pagos, en los que se inspiró para escribir esta historia narrada en primera persona. 

Tal es el peso específico de su obra que en Areco se encuentra el Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes, el cual fue fundado en su honor. Allí también es posible conocer piezas históricas que permiten entender cómo era la vida del gaucho en aquellas épocas, gracias a los tesoros que aún guarda la pulpería La Blanqueada.

Otra sana costumbre se materializa los fines de semana, en el patio de la Dirección de Turismo Guida O´Donnel, donde se realizan los típicos bailecitos criollos, en los cuales hasta los turistas pueden sumarse para interpretar danzas tradicionales. Y qué sería de estos encuentros sin los siempre presentes mates y pastelitos.

Además, desde la propia Dirección de Turismo, ubicada en la esquina de Zerboni y Arellano, organizan visitas guiadas a los diversos puntos de interés, como al mencionado museo, al casco histórico, al Centro de interpretación ferroviario y a los bares más antiguos de la zona, entre otros. 

Aledaños

Para que la experiencia sea completa, Areco cuenta con rincones aledaños que vale la pena visitar, ya que respetan el mismo espíritu de campo. Villa Lía, Duggan y Vagues son tres pueblos rurales que esperan a muy pocos kilómetros de Areco, con los inoxidables almacenes de ramos generales y diversos museos que conservan tesoros de nuestras costumbres y tradiciones.

Por Christian Ali Bravo.

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